Monky Cars tuvo la oportunidad de tener en su garaje el Subaru Forester, uno de los crossovers más polivalentes del mercado. Sí, de verdad es un coche que responde si hacemos off road con él, y sí, en carretera es capaz de brindar el confort que puede dar cualquier berlina del mercado.

Subaru es una de esas marcas que tienen algo especial y una de las más curiosas del panorma automovilístico actual. Llama la atención ver cómo, aún siendo uno de los fabricantes de menor tamaño que existen, sigue luchando codo con codo (e incluso superando) con algunas otras marcas con mucho más poder económico para desarrollar sus automóviles.

El Subaru Forester se defiende de manera sobresaliente en caminos no asfaltados

El Subaru Forester se defiende de manera sobresaliente en caminos no asfaltados

Un diseño simple: el “anti-postureo”

Si queremos hacernos con un Subaru Forester, no será difícil decantarnos sobre que acabado escogeremos, puesto que la marca nipona sólo ofrece en su catálogo el acabado Lineartronic, por lo que, estéticamente, podremos elegir entre dos modelos de llantas y el color exterior que deseemos. En el caso de nuestra unidad de pruebas, el color en el que iba pintado era el Venetian Red, a caballo entre el rojo y el “Vinotinto”.

En cuanto al diseño exterior, lo que más llama la atención del coche es la angulosidad de sus formas. Con una línea plagada de vértices y aristas, imprime la sensación de estar ante un “tipo duro”, un enemigo del postureo. No quiere aparentar nada, es lo que es y cumple a la perfección con su función.

El diseño es muy anguloso

El diseño es muy anguloso

En la parte frontal, nos topamos con un morro muy cuadrado y con una altura bastante elevada, por lo que a la hora de negociar en calles ratoneras, es muy fácil tomar la referencia, puesto que el final del capó se ve perfectamente. Las ópticas delanteras tienen también una forma casi triangular, con una esquina muy marcada en su parte superior, por lo que colaboran claramente en la imagen ruda de todo el conjunto.

En su paragolpes delantero, podemos apreciar los faros antiniebla en la parte baja con una moldura metálica en la parte superior, por lo que elimina la sensación de que se ha abusado del plástico. A esta sensación colabora también un difusor delantero metálico que protege la parte delantera de los bajos, y que, por qué no decirlo, le queda bastante bien.

El frontal tiene formas muy rectas

El frontal tiene formas muy rectas

Mide 4.595 mm de largo, por 1.795 de ancho y 1.735 de alto. Parece más pequeño de lo que en realidad es, sorprendiendo sobre todo su altura. Digo que sorprende porque es curioso como una persona de tamaño estándar (como el que escribe esta prueba, con una altura de 1,77) no llega a ver el techo del coche.

Debido a las dimensiones del coche anteriormente citadas, nos topamos con un perfil en el que sorprende el tamaño de las ventanas, algo que facilita la luminosidad interior del coche. Podemos apreciar que todos los faldones y taloneras son de material plástico, exceptuando una pieza metálica que se encuentra bajo las puertas. Las discretas llantas de 17 pulgadas tienen un buen perfil, por lo que, pese a no ser las más bonitas del mundo, son ideales para una conducción mixta dado que absorben muy bien todas las imperfecciones del camino (ayudados por la sobresaliente suspensión de la que hablaremos posteriormente).

El perfil del coche es alto, por lo que una persona de estatura normal tiene dificultades para ver el techo

El perfil del coche es alto, por lo que una persona de estatura normal tiene dificultades para ver el techo

En la parte trasera podemos encontrar otra pieza metálica a modo de difusor que protege el paragolpes en caso de ir por pistas en la que los “chinazos” en el paragolpes sean algo habitual. Los faros traseros tienen una estética muy sobria, por lo que no desentona en ningún momento con el resto del coche.

La ventaja de las líneas rectas en su diseño es la capacidad de aprovechamiento que tiene el maletero. Su capacidad de carga es de 505 litros, por lo que se sitúa en la media de sus competidores. Os ponemos unos ejemplos:

  • Subaru Forester: 505 litros.
  • Nissan X-Trail: 445 litros.
  • Hyundai Santa Fé: 547 litros.
  • Mitsubishi Outlander: 550 litros.

Diseño interior sobrio y cumplidor

El diseño interior del coche es clásico, no tiene nada de especial, pero una vez más, como el resto del coche cumple a la perfección con su funcionalidad. Al sentarnos en el asiento del conductor, notamos que la posición de conducción es elevada, por lo que en ningún momento podemos intentar tener una postura deportiva. El volante tiene un diseño de tres radios y es completamente redondo, con un tacto que si bien podría ser mejor (el cuero que lo recubre es muy duro), es bastante correcto.

El diseño del habitáculo es simple pero cumple con su función

El diseño del habitáculo es simple pero cumple con su función

Si abrimos las puertas traseras, podemos ver que el espacio interior que ofrece es sobresaliente, con hueco más que de sobra para las piernas. Además, permite que un viaje ocasional en el que vayan cinco personas no sea una pesadilla, aunque sin ser recomendable que el pasajero de la plaza central vaya mucho tiempo ahí, puesto que el mullido de los asientos es más duro que los laterales y su espalda irá apoyada en el reposabrazos central.

Los botones están en una postura cómoda, por lo que no nos costará más que estirar nuestro pulgar subir el volumen de la música o ajustar la velocidad del control de crucero. La consola central es igualmente sobria, con una pantalla en la parte superior en la que podremos ver aspectos como los consumos, la tracción de cada rueda o un algunas opciones del sistema Eyesight.

La pantalla del navegador está integrada en una pieza brillante en color negro piano, que si bien se mimetiza muy bien con la consola, es algo molesta cuando da el sol, puesto que es muy propensa a hacer reflejos incómodos. Esto se acentúa aún más si decidimos abrir el techo solar (en caso de que lo montemos), puesto que muchas veces los rayos de sol impactan directamente sobre la pieza plástica e impide ver los gráficos con calidad.

La pantalla del sistema de infoentretenimiento tiene un comportamiento algo lento

La pantalla del sistema de infoentretenimiento tiene un comportamiento algo lento

Calidad de materiales correcta, sin alardes

La calidad de los materiales que Subaru ha utilizado en el interior es correcta, sin ningún lujo, pero con buenos ajustes. Podemos encontrar plásticos con un tacto agradable, exceptuando los selectores de los asientos calefactables situados en el final del túnel de dirección, al lado de las opciones del X-Mode, que tienen un tacto un tanto de juguete.

Las molduras del salpicadero pintadas también en negro piano dan un aspecto elegante al conjunto, combinando bien con el plástico de tacto blando que recubre todo el salpicadero. Si nos fijamos en los asientos, encontramos unas buenas butacas con un mullido blando ideales para hacer viajes largos. Si hay que ponerles una pega es la escasa sujeción lateral que tienen, ya que al dar una curva en la que el coche balancee un poco, habrá que agarrarse bien al volante para no salir por la ventana.

El interior del coche es cómodo y espacioso

El interior del coche es cómodo y espacioso

La parte superior del parabrisas, donde está situado el retrovisor, es de gran tamaño debido a la integración de las cámaras y sensores del Eyesight. La calidad del sistema de infoentretenimiento es correcta también, con un funcionamiento intuitivo y un sistema táctil que reacciona no demasiado rápido pero obedientemente a nuestros movimientos. No es el sistema más moderno que hay en el mercado, pero como hemos dicho varias veces ya, no es el cometido del coche: cumple su función de una manera correcta y punto.

Quizá otro de los elementos del interior que podría tener mejor tacto son los selectores de la climatización: constan de tres ruedas que al girarlas nos puede dar un poco la sensación de que están vacías.

Motor algo falto de músculo y transmisión evitable

El Subaru Forester cuenta con una sola opción mecánica en su catálogo. El motor de dos litros es capaz desarrollar una potencia de 150 CV, cifra que puede que se quede algo corta en algunas situaciones, por ejemplo, en el momento de adelantar.

Este motor va asociado a (para mi gusto) el mayor problema del coche, su caja de cambios CVT, es decir, de variador continuo. Esta transmisión funciona de manera muy similar a la de una scooter por ejemplo. Tiene un tacto suave y agradable en caso de que no pisemos el pedal del acelerador más de un 25%; a partir de ahí, el coche se convierte en una incómoda fiesta de ruido en la que veremos angustiados como la velocidad sube poco a poco en el marcador.

El motor 2.0 del Forester rinde 150 caballos

El motor 2.0 del Forester rinde 150 caballos

Al menos, Subaru ha tenido el detalle de poner una función manual, por lo que el coche simula tener marchas. Sorprende entrar en el habitáculo y encontrarnos con unas levas detrás del volante, por lo que la pregunta ¿Para qué? Le surge a todo el mundo.

Sin embargo, una vez que probamos dicha función manual le encontramos el sentido. Muchas veces es imposible hacer que el motor baje de revoluciones en caso de hacer una aceleración progresiva, por lo que, usando las levas, podemos subir un par de marchas para que el motor baje sus régimen de giro y no acabe taladrándonos los oídos.

La caja de cambios CVT lastra tanto el consumo como las prestaciones

La caja de cambios CVT lastra tanto el consumo como las prestaciones

Consumos impropios de un 2.0

He aquí el problema principal del matrimonio del propulsor con dicha caja de cambios. Pese a que se intentó de todas las maneras posibles que fuera reducido, no se consiguió que este bajara de los 9 litros a los 100 kilómetros en uso mixto.

En ciudad es fácil alcanzar los 10 litros y en autopistas los consumos se mantienen entorno a los 8 litros. Estamos hablando de cifras propias de un coche con más de 250 caballos, no de un motor turboalimentado de 2 litros y 150 caballos. Por lo tanto, este es el apartado que más nos ha decepcionado del Forester.

Comportamiento excelente en todo momento

El comportamiento del Subaru es uno de sus puntos fuertes. Pese a las pegas que le hemos puesto al propulsor en el apartado anterior, el conjunto que nos ofrece el Forester es muy bueno, no llega a sobresaliente, pero sí al notable alto.

Sorprende una suspensión independiente en cada rueda, por lo que si una de ellas coge un bache, no lo notaremos en su gemela. Esto se aprecia sobre todo en caminos de grava yendo a una velocidad de unos 50 km/h: el coche absorbe las imperfecciones de una manera impecable, por lo que los niños podrán ir bebiendo un batido en los asientos traseros mientras vamos de camino a nuestra finca sin que el chocolate acabe en el techo.

La suspesión actúa de forma excelente en todo momento

La suspensión actúa de forma excelente en todo momento

Además de la suspensión, otro de los puntos más positivos que podemos encontrar en el Forester es la tracción que conseguimos en toda situación. Lo hemos probado en todos los entornos habidos y por haber: autopistas, carreteras convencionales, ciudad, caminos de grava e incluso hemos llegado a hacer pequeños badeos con él. En todas estas circunstancias, el Forester no perdió absolutamente nada de tracción, por lo que quedarnos parados en un barrizal no supone ninguna preocupación: podemos estar absolutamente seguros de que el diferencial sabrá actuar de una manera adecuada para sacarnos de todo apuro.

Hay que detenerse en el sistema EyeSight. Este dispositivo es capaz de leer las señales de tráfico e integra el control de crucero adaptativo. Podemos decir que este último es uno de los mejores del mercado, logrando mantener la distancia con el coche que tenemos delante sin hacer frenadas y maniobras bruscas. Da gusto probar sistemas con tan buen funcionamiento como este, puesto que sus reacciones son muy similares a las que tendríamos nosotros.

Es muy difícil hacer que el Forester pierda tracción

Es muy difícil hacer que el Forester pierda tracción

En conclusión, podemos decir que es un coche muy cómodo para hacer viajes largos, excelente si nos vemos en la obligación de meternos en caminos no asfaltados (siempre que tengamos en cuenta que la altura libre al suelo no es la de un 4×4). Nos faltan las carreteras reviradas, y no nos engañemos, no es ningún deportivo y, pese a no ser demasiado pesado (1.500 kilos) no es su hábitat natural. Sin embargo, este jamás puede ser un motivo para juzgarle, ya que si queremos ir a un concesionario de Subaru para llevarnos algo divertido en curvas, llévate un BRZ.

Conclusión

El Subaru Forester se convierte en una alternativa ideal en caso de querer un coche grande, en el que poder ir cinco personas de forma cómoda, con un buen maletero y con capacidades offroad más que correctas.

Con un precio que parte de los 29.300 euros, se convierte en un producto muy apetecible para el cliente que tenga las cosas claras. Si quieres que la gente se fije en tu coche por su diseño, no es tu coche. Por el contrario, si no te importa eso y te vale con saber que tienes un gran coche (con alguna pega como el consumo) aparcado en el garaje, entonces sí, el Subaru Forester es tu coche.

 

Prueba Subaru Forester 2.0i 150 CV Lineartronic: Un tipo duro
A favor
  • Tracción
  • Suspensión independiente
  • Sistema Eyesight
En contra
  • Caja de cambios CVT
  • Tacto de algunos materiales del interior
  • Consumos
7Puntuación