En octubre de 2018 probé la Mash Dirt Track 125. Mis sensaciones al final de la prueba fueron dispares, pero me quedó una cosa clara: no me apetecía volver a coger una moto que pareciese clásica, pero que no tuviese una mecánica agradable y ‘redonda’.
Así que fui al concesionario que Mash tiene en Madrid (calle Martín de los Heros, 66) a recoger la Mash Five Hundred que en realidad es de 400 cc (bueno 397 cc si somos precisos). Una nomenclatura que la marca francesa tiene en varios de sus modelos y que puede llegar a confundir al personal.
Diseño y esta vez mecánica también
Como advertí con la Dirt Track, el diseño de la Five Hundred es clásico y muy llamativo. Partecuellos, giracuellos… como te dé la gana llamarlo, pero lo cierto es que la gente la miraba. Atraía la atención en los semáforos, en la calle, en mi garaje… Incluso aquellos que me reconocieron que no les gustaban las motos la admiraban.
Una vez más me la dieron sin hacer el rodaje (solo tenía 21 km), como pasó con la Dirt Track. Eso implicaba que podría notar más vibraciones en el motor de lo normal y que su comportamiento no sería el esperado. Sin embargo, mi sensación inicial no fue en absoluto mala.
Es cómoda, realmente cómoda. El asiento es mullido, la posición de pilotaje es cómoda y relajada (quizás excesivo para el pasajero que me comentó la sensación de que se caía hacia atrás) y la altura del asiento es accesible para la gran mayoría de los moteros (780 mm). El acceso a los puños es inmediato sin tener que forzar la espalda y la postura de los pies en las estriberas es como si estuvieses sentado en una silla cómoda.
Las vibraciones, efectivamente, las noté, pero menos de lo esperado teniendo en cuenta que era un monocilíndrico de 400 cc casi sin estrenar. A partir de las 5.000 rpm es cuando empiezas a sentir el movimiento del motor bajo el trasero (régimen del que te aconsejan no subir cuanto estás haciendo el rodaje a la moto).
Precisamente esas vibraciones hicieron que viese un gran punto negativo: la visibilidad de los espejos. Su tamaño y colocación son correctos si vas en ciudad. Pero la cosa empeora cuando vas en autopista. A partir de los 110 km/h los espejos empiezan a vibrar de forma exagerada hasta el punto de que no te dejan ver bien los coches y pueden llegar a suponer un riesgo los adelantamientos.
Y ya que hablo de autopista, has de saber que a partir de los 120 km/h vas a ir un poco incómodo en esta moto al no tener ningún tipo de protección aerodinámica en la parte frontal. No obstante, la Mash Five Hundred está pensada para pasear, para disfrutar del camino, y no para correr. De hecho, llevar una velocidad de crucero superior a los 130 km/h me resultó una tarea ardua. La moto me miraba con cara de tristeza y me preguntaba que si se me había dormido con la mano en el puño del gas.
Con un motor de 27,4 CV a 7.000 rpm que cuesta 4.495 euros en los colores marrón y verde y 4.595 euros para el color «chromium» reconozco que no se puede pedir mucho más. Me parece una interesante opción de compra si no quieres gastarte mucho en gasolina (13 litros de depósito que me dio para recorrer unos 300 km aproximadamente entre ciudad y carretera) y quieres disfrutar de una moto polivalente tanto para ciudad como para carreteras a un ritmo tranquilo.
Mash Five Hundred en detalle
*Si quieres saber más información técnica sobre esta moto consulta su ficha técnica.
- Sonido agradable
- Postura de conducción
- Motor en bajo y medio régimen
- Vibraciones
- Visibilidad espejos
- Freno trasero de tambor