Hemos probado el nuevo Subaru XV en la versión de acceso a la gama, con motor bóxer 1.6 gasolina y caja de cambios Lineartronic. Un coche que presume de capacidades off road y una buena comodidad.
Fiel a sus principios
Subaru lo tiene claro y ha introducido el motor bóxer y su clásica configuración de tracción total simétrica en el nuevo XV.
Este SUV ofrece unas cotas que más bien parecen de todoterreno, ya que se encuentran por encima de la media. Para ello ha sido necesario sacrificar algo de comportamiento en carretera, lo cual se acentúa en carreteras reviradas donde es necesario explotar su chasis. Lo cierto es que a este Subaru hay que buscarle las cosquillas fuera de la calzada porque, salvando su magnífica suspensión y comodidad en autopista, no es un coche para irte de ruta a ritmo alegre por carreteras de montaña, relegándolo a un escalón por debajo del que se encuentran los rivales.
El Subaru XV incorpora la nueva plataforma modular, que es usada en modelos como el Impreza. Este nuevo chasis nos regala una altura libre al suelo de 220 milímetros (10 mm más que un Dacia Duster), ¡una auténtica burrada! La longitud de este XV alcanza los 4,46 metros y una mayor distancia entre ejes, que se traduce en una mayor habitabilidad.
En cuanto a estética, el nuevo Subaru XV nos deja claro que su hábitat son los caminos de barro y la conducción fuera de carretera mostrándose como un coche robusto. Los pasos de rueda, de color oscuro y detallados en fibra de carbono, contrastan de una forma muy positiva con el blanco de la carrocería.
Motor
En la unidad de pruebas contábamos con un discreto motor 1.6 atmosférico y 114 cv de potencia con una caja de cambios automático de variador continuo sin posibilidad de cambio secuencial, la cual no es una idea acertada. Hay un acusado lag en el acelerador en cuanto se le exige algo de respuesta al motor.
La caja de cambios tiende siempre a girar a un régimen de vueltas muy elevado introduciendo en el habitáculo un ruido poco agradable y perjudicando al consumo. En uso urbano y sin exigir una respuesta fuerte sí que es cierto que es muy suave y, junto con un conjunto de suspensión excelente, hará que tus viajes sean de lo más placenteros.
¿Qué se siente al conducirlo?
La marca nipona nos tiene acostumbrados a crear vehículos potentes y de competición y, aunque este no sea el caso, está más que claro que el XV es heredero de todos esos conocimientos aprendidos de rallyes y competiciones. El motor es un punto que no nos ha convencido, este motor 1.6 es muy discreto, y a pesar de ser la versión de acceso a la gama, es muy aconsejable reunir esos euros que nos falten para comprar el siguiente propulsor, un 2.0 bóxer gasolina que rinde 156 caballos, con el cual tenemos un cambio secuencial que simula 8 velocidades y levas en el volante.
Vale, el motor es un punto muy importante en un coche pero lo cierto es que el resto del coche está más que bien conseguido y trabajado. La dirección tiene un ajuste muy bueno, siendo bastante precisa. Todos los ajustes, mandos y elementos de seguridad nos proporcionan una sensación de seguridad y control absoluto. Mostrando un equilibrio muy bueno en carreteras asfaltadas y caminos de tierra. Combinación muy difícil de conseguir, como se aprecia en coches de la competencia y que son rivales directos de este XV.
Las cualidades de este Subaru se aprecian nada más subirse a él, gracias en gran parte, a la tracción integral permanente y a los sistemas de ayuda a la conducción. En carreteras con reviradas, el XV le pone valor y es capaz de hacer frente sin ningún tipo de problemas a las curvas, gracias a su nueva suspensión y al nuevo chasis. No podemos olvidarnos nunca de que no es un coche deportivo.
Este buen comportamiento en todas las curvas y circunstancias es debido a una dirección más rápida y precisa, que si la unimos a su sistema de frenar las ruedas interiores tanto con frenos como con la tracción permanente (sistema de vectorización de par activo, para los más exquisitos) hasta la curva más cerrada la podremos sortear con una buena agilidad y comportamiento.
Se ha mejorado la insonorización del habitáculo, donde apenas podremos escuchar el sonido del motor bóxer, salvo en cualquier situación que necesite de un esfuerzo del motor.
Cuando nos metemos fuera de las carreteras asfaltadas, el XV se desenvuelve con una facilidad propia de vehículos todoterreno gracias a su tracción integral permanente. Siempre está funcionando y no es como en los SUV de la competencia, donde entra a jugar en ocasiones muy puntuales.
Si a ello le añadimos el modo X-Mode, que lo encendemos desde la consola central y actúa directamente sobre el motor, el cambio de marchas y el control de tracción, nos daremos cuenta de que podremos solventar la mayoría de obstáculos que un camino, una carretera nevada o con poca adherencia nos presente.
Si hemos subido cualquier pendiente no debemos de tener miedo por bajarla, tenemos otro botoncito que activa el control de descenso de pendientes y bajar con eso activado… Es una gozada.
Interior
Dentro del Subaru XV nos encontramos unos acabados muy buenos, de tacto blando y con pespuntes naranjas, que otorgan un contraste bonito y personalidad propia. La habitabilidad es un punto a destacar, siendo espacioso tanto en las plazas delanteras como en las traseras, aunque se echan en falta huecos para dejar cosas. Hay uno pequeño para la llave, otro para el móvil y un espacio en el reposabrazos bastante pequeño. El freno de mano, al ser eléctrico, nos permite tener un túnel central despejado.
La consola central cuenta con Apple Car Play y Android Auto, que nunca viene mal para escuchar Spotify y poner el navegador, aunque para IOS es una herramienta que se me queda escasa (y esto no es culpa de Subaru). La pantalla es táctil, de 8 pulgadas, pero cuando el sol incide directamente sobre ella no vamos a ver nada. Sobre esta pantalla, Subaru nos ha incluido una pequeña pantalla muy intuitiva, que nos muestra una serie de parámetros como el consumo instantáneo, combinado y autonomía, las ayudas a la conducción, un menú configurable y otro “off road” que nos indica en todo momento la inclinación de nuestro XV y cómo actúa el sistema de tracción.
La guinda del pastel se llama Subaru EyeSight, que son una serie de ayudas a la conducción y de seguridad al volante, incluidas de serie en todas las versiones. El funcionamiento de este sistema es exquisito. El control de crucero adaptativo es de los mejores que he probado, lo puedes ajustar en 3 modos para que se más o menos brusco, siendo realmente agradable conducir con él. Este control de crucero adaptativo, combinado con el mantenimiento de carril, te hace sentir que te encuentras en un coche autónomo… Aunque sólo hace efecto sobre la dirección unos segundos si no detecta peso en el volante, así que tampoco hay que confiarse.
El maletero, aunque tiene una capacidad menor que la de sus rivales, 385 litros, está bien solucionado con unas formas muy regulares que proporcionan un máximo aprovechamiento. Los asientos traseros se pliegan, aunque no por completo, y la capacidad de carga aumenta hasta los 1.310 litros.
Y ahora, ¿Cuánto consume?
Es un motor bóxer gasolina, ¿cuánto quieres que consuma? Pues la verdad es que si no le buscas los límites al cuentarevoluciones, conduces con anticipación y buscas disfrutar del viaje lo cierto es que el consumo no es tan disparatado.
Cuando decides darte cuenta de que los buenos números no son para este motor y aplicas un cambio de mentalidad mientras sacas a relucir tus habilidades de conducción eficiente, el consumo baja hasta prácticamente el homologado: entre 6.5 y 7 litros… Una cifra que no está tan mal.
Cabe destacar que el consumo ha sido sacado rondando por la M-40 de Madrid a velocidad media de 100 km/h, que en días de atascos (casi siempre) producía que el consumo subiera un poco.
¿Está bien? Lo cierto es que es algo elevado para un motor con este rendimiento, sin llegar a ser desorbitado.
- Aptitud todoterreno
- Equipamiento de serie
- Seguridad y ayudas a la conducción
- Consumo
- Motor discreto
- Reflejos de sol en pantalla táctil